Aguas Curativas Húngaras

Las propiedades curativas de las aguas termales húngaras se descubrieron hace más de 2.000 años. Filtrándose a través de la cordillera de los Cárpatos, en Hungría hay más de 1.000 manantiales de agua termal. La corteza terrestre es más fina a lo largo de los Cárpatos, y por ello las aguas fluyen cerca de la superficie a través de roca sedimentaria fina y quebradiza, lo que las hace muy ricas en minerales beneficiosos. Los baños termales son una tradición húngara milenaria. El emperador Marco Aurelio se bañaba en aguas termales húngaras, y es a partir de ahí que los romanos construyeron los baños termales en lo que entonces se conocía como Panonia. En el siglo XVI, el pachá otomano de Buda construyó 'hammans' en los lugares de los antiguos manantiales, usados todavía en la actualidad. En 1930, Budapest fue premiada con el título de 'Spa City' como reconocimiento a las importantes propiedades curativas de las aguas termales. Estas aguas únicas (conteniendo 22 minerales, elementos traza y vitaminas A, B, C y E) son la base de la línea de cuidado facial de Omorovicza.